Inversión en redes, inversión en vídeo

La televisión por Internet es cada día más popular. YouTube se ha convertido en una de las aplicaciones más visitadas y surgen iniciativas similares continuamente. Los diarios digitales ofrecen noticias audiovisuales. Muchas empresas apuestan por tener su propio canal. Y ya disponemos de opciones más novedosas como Joost.

Y un largo etcétera. Con la generalización del vídeo a través de la Internet, el tráfico ha aumentado sensiblemente. Las operadoras han elevado el ancho de banda ofrecido y ahora prácticamente lo mínimo que se puede encontrar son los 3 megas de Telefónica, la compañía con más clientes.

Como bien cuenta Gonzalo, en la actualidad apenas varía disponer de 3 o de 10 megas. La Sexta oferta el baloncesto por Internet pero muchos usuarios no pueden verlo, no por culpa de su poco ancho de banda, sino por el escaso del servidor contratado por la cadena. Además, la calidad de los contenidos de YouTube o muchas otras redes sociales no necesitan mucho más de 1 mega.

Y es que las empresas no van a realizar grandes inversiones en aplicaciones que requieran una conexión a Internet que las operadoras aún no están ofreciendo. Operadoras y generadoras de contenidos deben ir de la mano. Si aumenta la capacidad de las redes, se podrán producir mejores contenidos. Y esto significa nuevas formas de negocio. Un pastel que aprovecharán ambos actores de este sistema. Por eso colaborarán.

En este panorama, llega el anuncio de Telefónica, de la que ya conocíamos su intención de ofrecer VDSL de 50 megas, que estima que la mitad de los hogares españoles dispondrán de esa conexión en 2009. Esto supondrá una millonaria inversión por parte de la compañía, que tendrá que cablear con fibra óptica.

Julio Linares, director general de Coordinación, Desarrollo de Negocio y Sinergias de Telefónica afirmó en Santander, en un curso de la UIMP, que hay que “promover la libre competencia en aquellas áreas donde convivan diversas infraestructuras, impulsar la competencia en servicios y la rentabilidad de las inversiones donde solo exista una infraestructura posible y apostar por mecanismos de financiación abiertos, transparentes y neutros en las zonas menos accesibles a las infraestructuras”.

Es decir, clama por la competencia donde haya otra red, por la no obligación de ceder sus infraestructuras a terceros como sucedió con la telefonía. Telefónica quiere saber si ante tal magnífica inversión va a estar forzada a abrir su nueva red. Y así será. La CMT le garantiza que no existirá regulación en las zonas que haya competencia, es decir, operadoras de cable. En el resto sí la habrá.

En lo que no coincide la CMT con Telefónica es la financiación para la inversión en aquellas zonas poco pobladas, sin rentabilidad. La compañía telefónica cree que debe ser el Estado el encargado mientras que la Comisión piensa que le corresponde a Telefónica como obligación del servicio universal que comercializa.

Con todo, la noticia de esta fuerte inversión que va a cometer la principal operadora del país es una gran noticia para los usuarios. Queda por ver el precio y si se cumplen esos plazos, además de su introducción en el rural. Pero no hay que olvidar que esta inversión en redes implicará una mejora de servicios, especialmente de vídeo.